Cáncer de vagina
¿Qué es el cáncer de vagina?
El cáncer es una condición caracterizada por el crecimiento descontrolado de células dentro del cuerpo. Por lo general, recibe el nombre del área específica donde se origina, incluso si finalmente se propaga a otras partes del cuerpo.
Cuando el cáncer se origina en la vagina, se le conoce como cáncer de vagina. La vagina, también conocida como el canal del parto, sirve como conducto para la sangre menstrual y el parto. Está conectado al cuello uterino, la abertura del útero, y está rodeado por pliegues de piel conocidos como vulva.
En circunstancias normales, la vagina permanece colapsada con sus paredes tocándose. Sin embargo, durante las relaciones sexuales y el parto vaginal, las paredes vaginales pueden expandirse debido a numerosos pliegues. El revestimiento vaginal se mantiene húmedo a través de la mucosidad liberada por las glándulas del cuello uterino.
Las paredes vaginales consisten en una fina capa de células conocida como epitelio, que contiene células epiteliales escamosas. Debajo del epitelio, la pared vaginal se compone de tejido conjuntivo, tejido muscular involuntario, vasos linfáticos y nervios.
El cáncer vaginal es una ocurrencia extremadamente rara. Si bien todas las mujeres enfrentan cierto riesgo de padecer estos tipos de cáncer, la probabilidad de desarrollarlos es muy baja. Juntos, los cánceres vaginales representan aproximadamente el 7 % de todos los cánceres ginecológicos diagnosticados en los EE. UU.
Aproximadamente el 85 % de los casos de cáncer de vagina en realidad provienen de un cáncer que se ha propagado desde otras partes del cuerpo, y aproximadamente la mitad de estos se originan en el cuello uterino o el útero.
Tipos de cáncer de cuello uterino
La vagina puede verse afectada por cinco tipos principales de cáncer:
- Carcinoma de células escamosas: Este tipo de cáncer se origina en las células que recubren la vagina y, por lo general, se presenta cerca del cuello uterino. El carcinoma de células escamosas constituye aproximadamente el 85% de los casos de cáncer de vagina. Su desarrollo es gradual, a menudo comienza con una condición precancerosa conocida como neoplasia intraepitelial vaginal (VaIN), como se describió anteriormente.
- Adenocarcinoma: El adenocarcinoma comienza en el tejido glandular de la vagina y representa entre el 5% y el 10% de los cánceres vaginales.
- Adenocarcinoma de células claras: Este cáncer en particular está asociado con personas cuyas madres estuvieron expuestas al fármaco dietilestilbestrol (DES) durante el embarazo entre finales de la década de 1940 y 1971. Es un tipo raro de cáncer y se estima que que aproximadamente 1 de cada 1000 personas expuestas al DES pueden desarrollar cáncer de vagina.
- Melanoma: Aunque es raro, el melanoma puede originarse en la vagina. Los melanomas generalmente ocurren en áreas de la piel expuestas al sol, pero ocasionalmente pueden desarrollarse en regiones sin exposición solar. A menudo se presentan como lesiones de color oscuro con bordes irregulares.
- Sarcomas: Estos son tumores poco comunes que pueden comenzar en la vagina. Existen varios subtipos de sarcomas, cada uno con sus características distintas.
Comprender los diferentes tipos de cáncer de vagina es crucial para la detección temprana y el tratamiento adecuado.
Síntomas del cáncer de vagina
En las primeras etapas, la mayoría de los cánceres vaginales no muestran signos ni síntomas perceptibles. Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza, pueden aparecer los siguientes signos y síntomas:
- Flujo vaginal inusual o sangrado anormal: Este sangrado puede diferir de su flujo menstrual normal, ya sea en términos de pesadez o de sincronización. Podría incluir sangrado después de la menopausia, sangrado entre períodos o cualquier sangrado inusualmente prolongado o abundante para su patrón típico.
- Alteraciones en los hábitos de ir al baño: Es posible que experimente sangre en las heces o en la orina, use el baño con más frecuencia de lo habitual o experimente estreñimiento.
- Dolor pélvico: Puede presentarse malestar en la región pélvica, que se refiere al área debajo del estómago y entre los huesos de la cadera, particularmente durante la micción o las relaciones sexuales.
Como estos síntomas pueden ser indicativos de cáncer de vagina, es esencial buscar atención médica de inmediato si experimenta alguno de estos signos de advertencia. La detección y el tratamiento tempranos pueden mejorar significativamente las posibilidades de resultados exitosos.
Causas del cáncer de vagina
Los factores que pueden aumentar su riesgo de desarrollar cáncer vaginal incluyen:
- Edad avanzada: A medida que alcanza la edad de 60 años o más, el riesgo de cáncer de vagina tiende a aumentar. El tipo más común, el carcinoma de células escamosas, generalmente se diagnostica alrededor de esta edad.
- Infección por el virus del papiloma humano (VPH): Tener el VPH, un virus de transmisión sexual, puede aumentar el riesgo de cáncer de cuello uterino y de vagina. La actividad sexual sin protección con múltiples parejas y la falta de vacunación contra el VPH aumenta aún más la probabilidad de infección por VPH.
- Neoplasia intraepitelial vaginal (VAIN): Si tiene VAIN, que involucra células anormales en el revestimiento vaginal (pero no células cancerosas), existe la posibilidad de que VAIN progrese a cáncer vaginal. Sin embargo, la razón por la que esta progresión ocurre en algunos individuos y no en otros sigue sin estar clara. Tener VPH aumenta la probabilidad de desarrollar VAIN.
- Antecedentes de cáncer de cuello uterino o displasia de cuello uterino: Las mujeres que han experimentado cáncer de cuello uterino o displasia de cuello uterino tienen la posibilidad de desarrollar cáncer de vagina en el futuro. La presencia de células anormales en el cuello uterino puede contribuir al aumento del riesgo.
- Exposición al dietilestilbestrol (DES): DES, un estrógeno sintético recetado entre 1940 y 1971 para prevenir complicaciones en el embarazo, puede aumentar el riesgo de desarrollar adenocarcinoma. Si su padre biológico tomó DES durante el embarazo y usted estuvo expuesta a él, su riesgo puede aumentar.
- Fumar: Fumar tabaco puede duplicar el riesgo de desarrollar cáncer de vagina.
Es fundamental conocer estos factores de riesgo y tomar las precauciones necesarias, como controles médicos regulares y cambios en el estilo de vida, para minimizar la probabilidad de desarrollar cáncer de vagina.
Reduzca su probabilidad de contraer cáncer de vagina
Si bien es posible que no sea posible prevenir por completo el cáncer de vagina, existen medidas que puede tomar para reducir su riesgo:
El virus del papiloma humano (VPH) es un virus muy extendido que consta de más de 200 tipos diferentes, de los cuales más de 30 se transmiten a través del contacto directo de piel con piel durante la actividad sexual. La mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino y algunos casos de cáncer de vagina, de vulva y de otro tipo se atribuyen a infecciones por VPH.
La vacuna contra el VPH es una forma eficaz de protegerse contra los tipos de VPH que comúnmente provocan cáncer de cuello uterino, vagina y vulva.
Estas son las pautas recomendadas para la vacunación contra el VPH:
- Los preadolescentes entre las edades de 11 y 12 años deben recibir la vacuna contra el VPH, con la opción de comenzar a los 9 años.
- La vacuna contra el VPH también se recomienda para personas de hasta 26 años, si no han sido vacunadas previamente.
- Para los mayores de 26 años, generalmente no se recomienda la vacunación contra el VPH. Sin embargo, algunos adultos de 27 a 45 años que no se han vacunado antes pueden optar por consultar a su médico sobre el riesgo de nuevas infecciones por VPH y los beneficios potenciales de la vacunación. Es importante tener en cuenta que la vacunación contra el VPH en este rango de edad puede ofrecer menos protección, ya que es posible que muchas personas ya hayan estado expuestas al VPH.
Al seguir estas recomendaciones de vacunación y participar en conversaciones abiertas con profesionales de la salud, puede tomar medidas proactivas para reducir la probabilidad de cánceres relacionados con el VPH, incluido el cáncer de vagina.
El calendario recomendado de vacunación contra el VPH depende de la edad a la que se inicie. Si la vacunación comienza antes de cumplir los 15 años, se recomienda un esquema de dos dosis, con una separación entre las dosis de 6 a 12 meses. Sin embargo, para aquellos que comienzan la serie de vacunación después de cumplir 15 años, se proporciona un calendario de tres vacunas.
Es importante tener en cuenta que la vacunación contra el VPH sirve como medida preventiva contra nuevas infecciones por VPH, pero no trata infecciones o enfermedades existentes. En consecuencia, la vacuna contra el VPH es más efectiva cuando se administra antes de que ocurra cualquier exposición al VPH. Incluso si ha recibido la vacuna contra el VPH, la detección periódica del cáncer de cuello uterino es esencial para garantizar la detección temprana y el manejo adecuado, ya que la vacuna no brinda protección contra las infecciones existentes.
Detección de cáncer de vagina
Actualmente, la detección de cánceres vaginales en mujeres asintomáticas es un desafío, ya que no existe una prueba simple y confiable disponible para este propósito.
La detección implica el uso de pruebas para detectar una enfermedad antes de que los síntomas sean evidentes. Las pruebas de detección de cáncer efectivas son fundamentales en la detección temprana de enfermedades, lo que lleva a resultados de tratamiento más exitosos. Las pruebas de diagnóstico, por otro lado, se emplean cuando una persona presenta síntomas. Su propósito es identificar la causa subyacente de los síntomas. También se pueden realizar pruebas de diagnóstico en personas consideradas de alto riesgo de cáncer.
Es esencial reconocer que la prueba de Papanicolaou, aunque valiosa para la detección del cáncer de cuello uterino, no detecta el cáncer de vagina. Como no existen métodos de detección sencillos y confiables para la mayoría de los cánceres ginecológicos, excepto el cáncer de cuello uterino, se vuelve aún más crítico estar atento a las posibles señales de advertencia y tomar medidas para reducir su riesgo.
Estos son algunos pasos proactivos que puede tomar:
- Esté atento a su cuerpo y sea consciente de lo que es normal para usted.
- Si observa cambios en su cuerpo que son anormales para usted y podrían ser indicativos de cáncer de vagina o de vulva, hable con su médico y averigüe sobre las posibles causas.
- Visite regularmente a su médico para chequeos. Durante estos controles, su médico puede realizar un examen pélvico para identificar signos de cáncer vaginal y vulvar.
Si un examen pélvico o una prueba de Papanicolaou genera inquietudes, su médico puede realizar una colposcopia. Este procedimiento emplea una herramienta de aumento con luz llamada colposcopio para examinar la vagina y el cuello uterino en busca de hallazgos inusuales. También se puede tomar una pequeña muestra de tejido, conocida como biopsia, para que un especialista la examine más a fondo bajo el microscopio.
Al diagnosticar el cáncer de vagina, su médico puede solicitar pruebas de imagen y exámenes adicionales para determinar si el cáncer se ha propagado a otras partes de su cuerpo. Esto les ayuda a establecer la etapa del cáncer y planificar el enfoque de tratamiento adecuado. Ser proactivo en el control de su salud y buscar atención médica oportuna puede desempeñar un papel crucial en la detección y el manejo eficaz del cáncer de vagina.
Etapas del cáncer de vagina
Una vez que a una mujer se le diagnostica cáncer de vagina, los profesionales médicos llevarán a cabo un proceso llamado estadificación para determinar si el cáncer se ha propagado y en qué medida. La estadificación implica determinar la cantidad de cáncer presente en el cuerpo, proporcionando información crucial sobre la gravedad del cáncer y orientando el enfoque de tratamiento más adecuado. Además, cuando se analizan las estadísticas de supervivencia, los médicos usan la etapa del cáncer como referencia.
Las etapas del cáncer de vagina se clasifican desde la etapa I (1) a la IV (4). En general, los números más bajos indican una menor propagación del cáncer, mientras que los números más altos, como el estadio IV, significan una propagación del cáncer más extensa. Aunque la experiencia de cada individuo con el cáncer es única, los cánceres en etapas similares tienden a tener pronósticos comparables y, a menudo, se tratan con métodos similares.
Tanto el sistema FIGO (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia) como el AJCC (sistema de estadificación TNM del Comité Conjunto Estadounidense sobre el Cáncer) son fundamentalmente similares cuando se estadifica el cáncer de vagina.
Ambos utilizan tres piezas clave de información para clasificar el cáncer:
- Extensión del tumor (T): Consiste en evaluar el tamaño del cáncer y si ha invadido la pared vaginal. Además, la evaluación incluye determinar si el cáncer se ha propagado a estructuras cercanas, como la pared pélvica, que abarca la cavidad interna que contiene los órganos reproductores femeninos, el recto, la vejiga y secciones del intestino grueso.
- La participación de los ganglios linfáticos cercanos (N): El proceso de estadificación implica investigar si el cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos en el área pélvica o inguinal.
- La presencia de metástasis a distancia (M): La evaluación de estadificación incluye determinar si el cáncer se ha propagado a ganglios linfáticos u órganos distantes del cuerpo.
Al considerar estas tres piezas críticas de información, ambos sistemas de estadificación brindan una evaluación integral de la extensión y la progresión del cáncer de vagina, lo que ayuda a planificar el tratamiento y determinar el pronóstico de manera efectiva.
Los componentes de las etapas T, N y M se detallan con números o letras, lo que ofrece información más específica sobre cada factor. Los números más altos indican una etapa más avanzada del cáncer. Después de determinar las categorías T, N y M de una persona, estos datos se combinan a través de un proceso conocido como agrupación por etapas, lo que da como resultado una clasificación general por etapas.
El sistema de estadificación de la mesa emplea principalmente la etapa clínica, que se determina en función de los resultados de exámenes físicos, biopsias y pruebas de imagen realizadas antes de cualquier procedimiento quirúrgico. La estadificación quirúrgica, por otro lado, se establece examinando el tejido extraído durante una operación. Para obtener más información sobre la estadificación del cáncer, consulte Estadificación del cáncer.
El siguiente sistema es el sistema AJCC más reciente, que entró en vigencia en enero de 2018.
Es importante tener en cuenta que estos sistemas de estadificación no se utilizan para la estadificación del melanoma vaginal, ya que el melanoma de la piel y el melanoma vaginal se estadifican de manera similar. Para obtener detalles sobre la estadificación del melanoma, consulte la información sobre el cáncer de piel tipo melanoma.
Dada la complejidad de la estadificación del cáncer de vagina, es recomendable que le pidas a tu médico que te lo explique de una manera que puedas entender completamente. Esto asegurará que tenga una comprensión clara de su situación específica y las implicaciones del proceso de puesta en escena.
Etapa 1
El cáncer de vagina en etapa 1 indica que el cáncer ha comenzado a crecer hacia la pared vaginal, pero no se ha propagado más allá de ese punto.
Esta etapa se divide a su vez en dos grupos:
- Etapa 1A: El cáncer se localiza únicamente dentro de la vagina y no mide más de 2 cm. Además, no se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos a la vagina.
- Etapa 1B: El cáncer está confinado a la vagina, pero mide más de 2 cm de tamaño. Al igual que en la Etapa 1A, no se ha propagado a los ganglios linfáticos en la vecindad de la vagina.
Etapa 2
Esta etapa se clasifica en dos grupos:
- Etapa 2A: En esta etapa, el cáncer se ha extendido más allá de los confines de la vagina hacia los tejidos circundantes. Sin embargo, no ha llegado a las paredes de la pelvis ni a los ganglios linfáticos cercanos. Además, el tamaño del cáncer no supera los 2 cm.
- Etapa 2B: Similar a la Etapa 2A, el cáncer se diseminó más allá de la vagina hacia los tejidos circundantes sin llegar a las paredes de la pelvis ni a los ganglios linfáticos cercanos. Sin embargo, en este caso, el tamaño del cáncer es mayor a 2 cm.
Etapa 3
En esta etapa, el cáncer ha avanzado más allá del área vaginal y se ha infiltrado en las paredes laterales de la pelvis. En consecuencia, esto puede provocar dificultades urinarias, como experimentar dolor o notar sangre al orinar. Además, es posible que se detecten células cancerosas en los ganglios linfáticos ubicados cerca de la vagina.
Etapa 4
Esta etapa indica cáncer vaginal avanzado, lo que significa que el cáncer ha hecho metástasis a órganos más allá de la vagina.
La etapa 4 se divide además en dos grupos:
- Etapa 4A: En este grupo, el cáncer se ha propagado a otros órganos, como la vejiga o el recto (vía posterior).
La etapa 4B representa una afección avanzada en la que el cáncer se ha extendido a órganos distantes, como los pulmones o los huesos.
Tratamiento del cáncer de vagina
Las pacientes diagnosticadas con cáncer de vagina tienen acceso a varias opciones de tratamiento. Estos tratamientos se pueden clasificar en procedimientos estándar, que son las terapias actualmente establecidas, y enfoques experimentales que se están investigando en ensayos clínicos. Los ensayos clínicos son estudios de investigación realizados para mejorar los tratamientos existentes o recopilar datos sobre nuevos tratamientos para pacientes con cáncer. Si los ensayos clínicos demuestran que un nuevo tratamiento es más efectivo que el estándar, puede reemplazar el estándar de atención actual.
Los pacientes pueden considerar participar en ensayos clínicos para contribuir a los avances médicos. Es posible que algunos ensayos solo estén disponibles para pacientes que aún no han comenzado ningún tratamiento.
Tipos de tratamiento
La cirugía es una de las opciones de tratamiento para el cáncer de vagina y se pueden usar los siguientes procedimientos quirúrgicos:
- Escisión local amplia: Este procedimiento quirúrgico consiste en extirpar el cáncer junto con parte del tejido sano circundante.
- Vaginectomía: En esta cirugía, se extirpa toda o parte de la vagina. En algunos casos, pueden ser necesarios injertos de piel de otras áreas del cuerpo para reconstruir la vagina.
- Histerectomía total: Esta cirugía implica la extirpación del útero, incluido el cuello uterino. Según el abordaje, se puede realizar como una histerectomía vaginal (a través de la vagina), una histerectomía abdominal total (a través de una incisión grande en el abdomen) o una histerectomía laparoscópica total (a través de una pequeña incisión en el abdomen usando un laparoscopio).
- Disección de los ganglios linfáticos: Este procedimiento quirúrgico consiste en extirpar los ganglios linfáticos y se examina una muestra de tejido bajo un microscopio para detectar signos de cáncer. También se conoce como linfadenectomía. Si el cáncer se encuentra en la parte superior de la vagina, se pueden extirpar los ganglios linfáticos pélvicos, mientras que se pueden extirpar los ganglios linfáticos de la ingle si el cáncer se encuentra en la parte inferior de la vagina.
- Exenteración pélvica: Esta cirugía extensa consiste en extirpar la parte inferior del colon, el recto, la vejiga, el cuello uterino, la vagina y los ovarios. También se extirpan los ganglios linfáticos cercanos. Como resultado de este procedimiento, se crean aberturas artificiales (estoma) para permitir que la orina y las heces se recolecten en bolsas externas.
Estas opciones quirúrgicas se emplean según las características específicas del cáncer de vagina y el estado general de salud de la paciente. La elección de la cirugía se determinará en colaboración con el equipo médico para garantizar el plan de tratamiento más adecuado y eficaz.
Después de la extirpación quirúrgica de todo el cáncer visible, ciertos pacientes pueden recibir radioterapia como tratamiento posterior para eliminar las células cancerosas restantes. Este tratamiento posterior a la cirugía, destinado a reducir el riesgo de recurrencia del cáncer, se denomina terapia adyuvante. Su propósito es atacar cualquier célula cancerosa residual que no se haya eliminado durante la cirugía, mejorando así las posibilidades de remisión a largo plazo.
Radioterapia
La radioterapia es un tratamiento contra el cáncer que emplea rayos X de alta energía u otras formas de radiación para destruir las células cancerosas o prevenir su crecimiento. Hay dos tipos principales de radioterapia:
- La radioterapia externa consiste en utilizar una máquina ubicada fuera del cuerpo para dirigir la radiación hacia el área específica del cuerpo afectada por el cáncer.
- La radioterapia interna, también conocida como braquiterapia, implica el uso de una sustancia radiactiva sellada, como agujas, semillas, alambres o catéteres, que se insertan directamente o se colocan cerca del sitio del cáncer para administrar el tratamiento de radiación dirigido.
La administración de la radioterapia se adapta al tipo y etapa específicos del cáncer que se está tratando. En el caso del cáncer de vagina, se emplean radioterapias internas y externas para atacar la enfermedad de manera efectiva. Además, estos tratamientos de radiación también pueden servir como terapia paliativa para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida general del paciente.
La quimioterapia es un tratamiento contra el cáncer que emplea medicamentos para detener el crecimiento de las células cancerosas, ya sea induciendo su muerte o previniendo su división. La administración de quimioterapia puede ser por vía oral o por inyección en una vena o músculo, lo que permite que los medicamentos ingresen al torrente sanguíneo y lleguen a las células cancerosas en todo el cuerpo (quimioterapia sistémica). Alternativamente, cuando la quimioterapia se introduce directamente en el líquido cefalorraquídeo, un órgano o una cavidad del cuerpo como el abdomen, sus efectos se dirigen principalmente a las células cancerosas en esas áreas específicas (quimioterapia regional). La elección del método de quimioterapia se determina según el tipo y el estadio del cáncer que se está tratando.
Para el cáncer de vagina de células escamosas, se puede aplicar quimioterapia tópica en la vagina usando una crema o loción, lo que brinda un enfoque de tratamiento localizado.
Se están probando nuevos tipos de tratamiento en ensayos clínicos.
La siguiente sección proporciona una descripción general de los tratamientos que actualmente se están investigando en ensayos clínicos. Tenga en cuenta que no todos los tratamientos nuevos en estudio se mencionan en este resumen.
Inmunoterapia
La inmunoterapia es un método de tratamiento del cáncer que aprovecha el propio sistema inmunitario del paciente para combatir el cáncer. Implica el uso de sustancias producidas por el cuerpo o creadas en un laboratorio para mejorar, dirigir o restaurar las defensas naturales del cuerpo contra el cáncer. Este enfoque se considera una forma de terapia biológica.
El imiquimod, un modificador de la respuesta inmunitaria, se está investigando actualmente por su potencial en el tratamiento de lesiones vaginales. Se aplica sobre la piel en forma de crema.
Radiosensitizers
Los radiosensibilizadores son fármacos que aumentan la sensibilidad de las células tumorales a la radioterapia. La combinación de radioterapia con radiosensibilizadores tiene el potencial de eliminar más células tumorales.
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Pankaj Singhal, MD, MS, MHCM
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- Ha formado a más de 45 cirujanos ginecológicos junto con becarios de formación en cirugía ginecológica mínimamente invasiva y oncología ginecológica, y ha desarrollado nuevas técnicas quirúrgicas de vanguardia para endometriosis y cirugías laparoscópicas.
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