Cáncer de vulva
¿Qué es el cáncer de vulva?
El cáncer de vulva es una forma de cáncer que se desarrolla en la superficie externa de los genitales femeninos. La vulva se refiere al área de la piel que rodea la uretra y la vagina, que incluye:
- Los labios que rodean la vagina (labios menores y labios mayores).
- El clítoris, un órgano sexual vital para lograr el clímax sexual.
- Las glándulas de Bartholin, dos pequeñas glándulas a cada lado de la vagina.
Por lo general, el cáncer de vulva se manifiesta como un bulto o una llaga en la vulva, a menudo acompañada de picazón. Si bien puede ocurrir a cualquier edad, se diagnostica con mayor frecuencia en adultos mayores.
El tratamiento para el cáncer de vulva generalmente implica una intervención quirúrgica para extirpar el tejido canceroso junto con una pequeña porción del tejido sano circundante. En algunos casos, puede ser necesaria una cirugía extensa, que podría implicar la extirpación de toda la vulva. El pronóstico y la complejidad de la cirugía tienden a mejorar significativamente cuando el cáncer de vulva se detecta en una etapa temprana.
En los Estados Unidos, cada año se informan aproximadamente 6000 nuevos casos de cáncer de vulva. Entre estos casos, aproximadamente la mitad se atribuyen al virus del papiloma humano (VPH) y la otra mitad están asociados con el liquen escleroso. El cáncer de vulva se considera una forma de cáncer muy poco común, ya que representa solo el 0,6 por ciento de todos los diagnósticos de cáncer en mujeres.
Tipos de cáncer de vulva
El cáncer de vulva abarca varios tipos, siendo el carcinoma de células escamosas el más prevalente. Aproximadamente el 90% de los cánceres de vulva son carcinomas de células escamosas, que se encuentran principalmente en los labios.
El carcinoma de células escamosas puede desarrollarse a partir de una condición precancerosa conocida como neoplasia intraepitelial de vulva (VIN). VIN involucra cambios celulares que pueden o no progresar a cáncer. Es crucial tener en cuenta que VIN se considera un crecimiento premaligno, lo que significa que aún no es canceroso. El VIN se clasifica además en dos grupos según la apariencia celular bajo un microscopio: "VIN de tipo habitual" que se observa típicamente en mujeres más jóvenes, asociado con el virus del papiloma humano (VPH), y "VIN diferenciado", menos común y prevalente en mujeres mayores, no relacionado con el VPH. El VIN diferenciado a menudo ocurre en mujeres con liquen escleroso, una afección de la piel que probablemente sea diagnosticada por un ginecólogo y que puede o no conocerse antes del VIN. Es importante tener en cuenta que esta forma de VIN puede potencialmente convertirse en un cáncer escamoso agresivo y de rápido movimiento. Consulte Factores de riesgo y prevención para obtener más información sobre el VPH, las afecciones vulvares precancerosas y el liquen escleroso.
Otros tipos menos comunes de cáncer de vulva incluyen:
- Carcinoma verrugoso: Este es un subtipo de carcinoma de células escamosas de crecimiento lento que tiene una apariencia parecida a una verruga.
- Adenocarcinoma: Con origen en las glándulas de Bartolino o glándulas sudoríparas vulvares, el adenocarcinoma constituye un pequeño porcentaje de los cánceres vulvares. Por lo general, se encuentra a los lados de la abertura vaginal.
- Melanoma: Representa entre el 2 % y el 4 % de los cánceres de vulva. El melanoma es un tipo de cáncer de piel que generalmente se encuentra en áreas del cuerpo expuestas al sol, pero ocasionalmente puede desarrollarse en regiones no expuestas al sol. Cuando ocurre en la vulva, se encuentra con mayor frecuencia en el clítoris o los labios menores. Las mujeres con melanoma en otra parte del cuerpo se enfrentan a un mayor riesgo de melanoma vulvar. El tratamiento para el melanoma vulvar a menudo sigue enfoques similares a los que se usan para el melanoma en otras partes del cuerpo.
- Sarcoma: El sarcoma involucra tumores en el tejido conectivo debajo de la piel.
Es esencial reconocer estos diferentes tipos de cáncer de vulva, ya que pueden requerir estrategias de tratamiento distintas según sus características específicas.
Síntomas del cáncer de vulva
Las indicaciones y síntomas del cáncer de vulva pueden abarcar lo siguiente:
- Prurito persistente en la vulva
- Dolor, molestia o sensibilidad en la vulva
- Parches de piel elevados y engrosados que pueden aparecer rojos, blancos u oscuros
- Presencia de un bulto o crecimiento similar a una verruga en la vulva
- Sangrado de la vulva o flujo vaginal manchado de sangre entre períodos
- Desarrollo de una llaga abierta en la vulva
- Experimentar un dolor ardiente al orinar
- Cambios notables en la forma o el color de un lunar en la vulva
Si cualquiera de estos signos o síntomas persiste o causa preocupación, es esencial buscar una evaluación médica de inmediato para una evaluación completa y un manejo adecuado.
Causas del cáncer de vulva
El desarrollo de cáncer de vulva no se puede predecir con certeza. Si bien algunas mujeres pueden experimentar estos tipos de cáncer sin factores de alto riesgo aparentes, ciertos elementos pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer vaginal o vulvar. Estos factores incluyen:
- Edad creciente: el riesgo de cáncer de vulva aumenta con la edad, con una edad promedio de diagnóstico de alrededor de 65 años.
- Exposición al virus del papiloma humano (VPH): El VPH, una infección de transmisión sexual, eleva el riesgo de varios tipos de cáncer, incluidos los de vulva y cuello uterino. Muchas personas sexualmente activas, especialmente las jóvenes, pueden entrar en contacto con el VPH, pero en la mayoría de los casos, la infección desaparece por sí sola. Sin embargo, para algunos, puede causar cambios celulares que aumentan el riesgo de cáncer en el futuro.
- Fumar: Para las mujeres con una infección por VPH, fumar puede impedir que el sistema inmunitario del cuerpo elimine la infección por VPH de manera eficaz.
- Sistema inmunitario debilitado: Las personas que toman medicamentos inmunosupresores (p. ej., receptoras de trasplantes de órganos) o tienen afecciones que debilitan el sistema inmunitario (p. ej., virus de inmunodeficiencia humana, VIH) tienen un mayor riesgo de cáncer de vulva.
- Historia de condiciones precancerosas de la vulva: La neoplasia intraepitelial vulvar, una condición precancerosa, aumenta el riesgo de cáncer de vulva. Aunque la mayoría de los casos de neoplasia intraepitelial vulvar no progresan a cáncer, un pequeño número puede convertirse en cáncer vulvar invasivo. Como precaución, los médicos pueden recomendar un tratamiento para eliminar el área de células anormales y realizar controles de seguimiento periódicos.
- Afección de la piel que afecta a la vulva: El liquen escleroso es una afección que afecta la piel de la vulva, lo que provoca que se adelgace y pique, lo que aumenta el riesgo de cáncer de vulva.
Aunque estos factores pueden contribuir a un mayor riesgo, es importante recordar que no todas las personas con estos factores de riesgo desarrollarán cáncer de vulva, y algunos casos pueden ocurrir sin ningún factor de riesgo identificable. Los chequeos regulares y la detección temprana siguen siendo esenciales para una gestión oportuna y mejores resultados.
Reduzca su probabilidad de contraer cáncer de vulva
Varios factores contribuyen a los diferentes tipos de cáncer, incluido el cáncer de vulva. Los investigadores investigan activamente las causas del cáncer de vulva y exploran medidas preventivas. Si bien no existe un método garantizado para prevenir por completo el cáncer de vulva, se pueden tomar ciertas medidas para reducir potencialmente el riesgo. Es crucial discutir su riesgo individual de cáncer con su equipo de atención médica para obtener información personalizada.
Para ayudar en la detección del cáncer de vulva, el médico revisará su historial médico familiar, realizará un examen físico completo y realizará un examen ginecológico centrado en la pelvis. Durante este examen, el médico evaluará cuidadosamente la vulva y realizará controles en el útero, la vagina, el cuello uterino y otros órganos reproductivos en busca de cambios inusuales. Los exámenes pélvicos regulares son valiosos para identificar el cáncer o las condiciones precancerosas en una etapa temprana.
Además, la investigación ha revelado factores específicos que potencialmente pueden ayudar a prevenir el cáncer de vulva:
- Retrasar la primera relación sexual hasta el final de la adolescencia o más.
- Evitar las relaciones sexuales con múltiples parejas.
- Evitar las relaciones sexuales con personas que han tenido numerosas parejas.
- Practicar sexo seguro, incluido el uso de preservativos. Sin embargo, es esencial reconocer que los condones no pueden brindar una protección completa contra el VPH. La abstinencia de las relaciones sexuales sigue siendo el único método de protección total contra el VPH.
- Someterse a exámenes ginecológicos regulares para detectar y tratar condiciones precancerosas.
- Dejar de consumir tabaco para las personas que fuman.
Al adoptar estas medidas preventivas y mantenerse atenta con los chequeos regulares, puede tomar medidas proactivas para reducir el riesgo de cáncer de vulva y promover la salud en general. Recuerde consultar con su proveedor de atención médica para obtener orientación y recomendaciones personalizadas.
Detección de cáncer de vulva
El proceso de diagnóstico del cáncer de vulva implica varias pruebas y procedimientos, entre ellos:
- Examen físico de la vulva: Su médico realizará un examen físico completo de su vulva para identificar cualquier anomalía o signo preocupante.
- Examen de colposcopia: Durante una colposcopia, se utiliza un dispositivo de aumento especial para inspeccionar de cerca la vulva en busca de áreas anormales. Esto permite una evaluación más detallada de cualquier región sospechosa.
- Biopsia: Si un área de la vulva parece sospechosa, se puede recomendar una biopsia para determinar si es cancerosa. Durante el procedimiento de biopsia, el área se adormece con anestesia local y se usa un bisturí u otra herramienta de corte especializada para extraer una muestra del tejido sospechoso para realizar más pruebas.
Estas pruebas y procedimientos juegan un papel crucial en el diagnóstico preciso del cáncer de vulva. Si experimenta algún síntoma o tiene inquietudes sobre su salud vulvar, es esencial buscar una evaluación médica inmediata para garantizar un diagnóstico oportuno y un manejo adecuado.
Etapas del cáncer de vulva
Los grupos de estadios en el cáncer se determinan en función de los valores de T (tumor), N (nódulos) y M (metástasis). Estos grupos proporcionan una descripción general de la extensión del cáncer en el cuerpo.
T = Tumor: Esto se refiere a la ubicación y el tamaño del tumor primario.
N = Ganglios: Indica si el tumor se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos.
M = Metástasis: Determina si el cáncer se ha propagado a otras partes del cuerpo.
Cada letra está acompañada de cinco etapas numeradas, que van del 0 al 4, según la extensión de la propagación del cáncer. Los números de etapa más bajos indican que las células cancerosas se parecen mucho a las células normales, lo que las hace más manejables y potencialmente curables. Por el contrario, los números de etapa más altos significan una propagación más profunda del cáncer, lo que puede requerir tratamientos más complejos y tener un pronóstico más desafiante. Comprender la agrupación por etapas es fundamental para determinar el plan de tratamiento adecuado y predecir el curso de la enfermedad.
Los grupos de etapas para el cáncer de vulva invasivo están representados por números romanos, con valores que van desde I (1) hasta IV (4). Un número de etapa más alto indica una diseminación más avanzada y extensa del cáncer.
El proceso de estadificación del cáncer de vulva invasivo está determinado por los hallazgos quirúrgicos y la patología. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las etapas del melanoma vulvar son distintas y no se analizan en este contexto.
Etapa I. El cáncer está ubicado en la vulva o en el área entre la abertura del recto y la vagina (perineo), o puede afectar ambas regiones. En esta etapa, el cáncer no se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos ni a otras partes del cuerpo. Esta etapa se divide a su vez en dos subetapas:
Etapa IA. El tamaño del tumor se limita a 2 centímetros (cm) o menos, y su profundidad de crecimiento en el tejido vulvar no supera 1 milímetro (mm).
Estadio IB. El tumor mide más de 2 centímetros (cm) de tamaño y/o se ha extendido más de 1 milímetro (mm) por debajo de la superficie de la piel de la vulva.
- Etapa II. El tumor puede ser de cualquier tamaño y se ha extendido más allá de la vulva, alcanzando sitios cercanos como la uretra, la parte inferior de la vagina o el ano. Sin embargo, no se ha propagado a los ganglios linfáticos ni a otras partes distantes del cuerpo.
Etapa III. El cáncer está presente en la vulva, el perineo o ambos. Existe la posibilidad de que se haya extendido a la uretra, la parte inferior de la vagina o el ano, pero no se ha extendido a órganos en partes distantes del cuerpo. Esta etapa se divide a su vez en tres subetapas:
Etapa IIIA. El cáncer ha hecho metástasis en un solo ganglio linfático que mide al menos 5 mm de ancho o en uno o dos ganglios linfáticos que miden menos de 5 mm de ancho.
Etapa IIIB. El cáncer se ha diseminado a tres o más ganglios linfáticos, cada uno de los cuales no mide más de 5 mm de ancho, o se ha diseminado a dos o más ganglios linfáticos, cada uno de los cuales mide más de 5 mm de ancho.
Estadio IIIC. El cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos adyacentes, y en al menos uno de estos ganglios, el cáncer está creciendo más allá de su capa externa, una condición conocida como diseminación extracapsular.
Etapa IV. Esta etapa se divide en 2 subetapas:
El cáncer está presente en la vulva, el perineo o ambos. No se sabe si se ha propagado a la uretra, la parte inferior de la vagina o el ano. Sin embargo, se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos, que están adheridos a tejidos más profundos o han desarrollado úlceras.
El cáncer progresó más allá de los tejidos adyacentes y alcanzó la parte superior de la uretra, la parte superior de la vagina, la vejiga, el recto o el hueso pélvico. No está claro si también se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos.
Tratamiento del cáncer de vulva
Las opciones de tratamiento para el cáncer de vulva están determinadas por factores como el tipo, el estadio y la ubicación del cáncer, así como por su salud general y sus preferencias personales.
Cirugía
Los procedimientos quirúrgicos utilizados para tratar el cáncer de vulva incluyen:
- Escisión (escisión local amplia o escisión radical): El cáncer y una pequeña porción del tejido sano circundante se extirpan quirúrgicamente para garantizar la eliminación completa de las células cancerosas.
- Vulvectomía (parcial o radical): Para los cánceres más grandes, la cirugía puede implicar la extirpación de una parte de la vulva (vulvectomía parcial) o de toda la vulva, incluido el tejido subyacente (vulvectomía radical). En algunos casos, la radioterapia y la quimioterapia pueden usarse antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor, lo que podría permitir una operación menos extensa.
- Biopsia de ganglio centinela: Para evaluar la presencia de cáncer en los ganglios linfáticos, se realiza un procedimiento llamado biopsia de ganglio centinela. Identifica los ganglios linfáticos con mayor probabilidad de contener cáncer, que luego se pueden extirpar y examinar. Si no se detecta cáncer en estos ganglios linfáticos, la probabilidad de que esté presente en otros ganglios linfáticos es baja.
- Extirpación de varios ganglios linfáticos: Si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos, se puede extirpar una cantidad significativa de ganglios linfáticos para reducir el riesgo de que el cáncer se disemine a áreas distantes del cuerpo.
Someterse a una cirugía implica complicaciones potenciales, incluidas infecciones y desafíos relacionados con la cicatrización alrededor del sitio de la incisión. Además, cuando se extirpan los ganglios linfáticos, existe el riesgo de desarrollar linfedema, una afección caracterizada por retención de líquidos e hinchazón en las piernas.
Radioterapia
La radioterapia emplea haces de energía de alta potencia, como rayos X y protones, para atacar y destruir las células cancerosas. En el contexto del cáncer de vulva, la radioterapia a menudo se administra a través de una máquina que se mueve alrededor del cuerpo y dirige la radiación con precisión a puntos específicos de la piel (lo que se conoce como radiación de haz externo).
Este enfoque de tratamiento a veces se usa para reducir el tamaño de los cánceres de vulva grandes, lo que aumenta la probabilidad de una cirugía exitosa. Combinar la radioterapia con la quimioterapia también es una opción, ya que la quimioterapia puede hacer que las células cancerosas sean más susceptibles a los efectos de la radiación.
Además, si se detectan células cancerosas en los ganglios linfáticos, su médico puede recomendar radioterapia en el área que rodea los ganglios linfáticos. Esto tiene por objeto eliminar las células cancerosas restantes después de la cirugía. En ciertos casos, la radioterapia se combina con quimioterapia para maximizar su eficacia en estas situaciones.
Quimioterapia
La quimioterapia es un tratamiento médico que emplea sustancias químicas para atacar y destruir las células cancerosas. Por lo general, estos medicamentos se administran a través de una vena en el brazo o por vía oral.
En casos de cáncer de vulva avanzado que se ha diseminado a áreas distantes del cuerpo, la quimioterapia puede considerarse una opción de tratamiento.
La combinación de quimioterapia con radioterapia también se utiliza para reducir el tamaño de los cánceres de vulva grandes, lo que aumenta las posibilidades de un procedimiento quirúrgico exitoso. Además, cuando el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos, la combinación de quimioterapia con radioterapia puede ser un enfoque eficaz en el tratamiento.
Terapia farmacológica dirigida
Los tratamientos farmacológicos dirigidos están diseñados para atacar e inhibir específicamente las anomalías que se encuentran dentro de las células cancerosas. Al bloquear estas anomalías específicas, los tratamientos farmacológicos dirigidos pueden desencadenar la muerte de las células cancerosas.
Para las personas con cáncer de vulva avanzado, la terapia dirigida puede considerarse una posible opción de tratamiento.
Inmunoterapia
La inmunoterapia aprovecha el poder de su sistema inmunológico para combatir el cáncer. En algunos casos, las células cancerosas pueden evadir la detección al producir proteínas que les permiten evadir el ataque del sistema inmunitario. La inmunoterapia interviene en este proceso, lo que permite que el sistema inmunitario reconozca y se dirija a las células cancerosas de manera eficaz.
Para las personas con cáncer de vulva avanzado, la inmunoterapia podría considerarse una posible opción de tratamiento.
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